20 de septiembre (Fiji time)

Como se mide el amor?
No creo que se hayan inventado palabras que describan el sentimiento en mi corazón. Es un sentimiento más allá de la felicidad, mezclado con sentimientos de nostalgia. Un sentimiento de orgullo de pertencer a esta familia. Una cadena indestructible que se alimenta de amor. La que me apoya, me ayuda a levantarme cuando caigo, que me ama sin barreras, incondicionalmente.
Si el amor se pudiera medir, el amor que les tengo rompería cada balanza en el mundo. Si fuera cuestión de distancia, tendrían que navegar todos los oceanos y las estrellas, y aún así, la distancia no igualaría el amor que siento por mi familia. Mi familia, única e irremplazable, mi familia.
Se acuerdan nadar en las montañas de arroz en la cooperativa de papi en mineros? Y luego mami le reñía porque llegabamos llenas de bichos. Se acuerdan coleccionar caracoles? Nuestras caras pintadas con la luz de luciernagas? Se acuerdan comer pito en la tienda de doña rosita? Pescando pirañas en el río, nadando en bombachas y luego sentir el calor de una toalla en los brazos de mami. Me acuerdo de la casa en Santa Cruz, y los juegos que inventabamos para pasar el tiempo, en la camioneta azul del tío miguel, olores que invadían el aire, a lechón, a churrasco con cerveza. Jugabamos “lobo lobito” en una llanta tamaño “SCANIA”. Me acuerdo de “beat the bus!” por las mañanas.
Me acuerdo cambiar el calor y la humedad del trópico por una nueva jungla de cemento, el frío y el viento seco de La Paz. Cambiamos piojos por chapas en las mejillas. Me acuerdo que al llegar a la casa de Achumani dormimos todos juntos en un colchón. Se acuerdan chicas? Que enorme era la casa? Y nosotras, unas cunumis patapilas, princesas en un castillo con rejas rojas marcadas con el #800. Me acuerdo de un teléfono que no paraba de sonar. 796649. Se acuerdan de las fiestas en la casa? Familia, amigos, voluntarios… una casa con las puertas abiertas, como los corazones de los que nos criaron. Una casa abierta, con tucanes y conejos y tortugas, nadando en el agua o comiendo lechuga con el tatú en el jardín. Una casa abierta, una cocina impermeada con olores de café, ajo, miel, ají y quirquiña.
Como se mide el amor?
Se mide por el numero de sonrisas, por los sonidos de carcajadas, se mide con abrazos y besos y desayuno en la cama el día de cumpleaños. Se mide con un helado con chocolate todos los domingos. Se mide con flores frescas en el living. Se mide con hermanas que pelean y se jalan de los pelos, pero que se abuenan con sonrisas compartiendo ropa y secretos y copas de vino.
Como se mide el amor? Se mide con música tocando fuerte en el auto, con telefunken y películas debajo de mil frazadas y almohadas. Se mide con momentos, con historias que nacieron de un pozo seco, o un estuche de guitarra cargado de comida. Se mide con aventuras, nadando con tortugas en Hawaii, se mide con vacaciones, comiendo camarón en Salvador do Bahía, tomando caipiriñas y bailando samba en la arena. Se mide con ojos moreteados por cocos en las Bahamas, con piel que absorbe el sol debajo de las poleras que mami nos hacía lucir en el agua. Se mide con locuras y shows de “las comadres” completos con comerciales de “la mostaza más fina”. Se mide con un hermanito para besar y cargar hasta que los brazos se cansen. Se mide con llantos que se convierten en mariposas y sonrisas, se mide con peleas que terminan en abrazos y un “lo siento”. Se mide con salteñas, con un mate de coca para calmar el sorojchi.
Como se mide el amor?
Se mide con sacrificios. Se mide con las locuras de un padre, visionario, gitano y revolucionario. Se mide con las caricias de una madre de porcelana y de fierro. Se mide con un hermano que cuenta muñecas y hermanas, asegurándose de que no falte ninguna.
Hoy cumplo 25 años. En Fiji, Rua sagavulu ka lima.
25 años de vida, que gracias a todos ustedes, mi familia, mi cadena de amor, mi fortaleza y energía, han sido llenados de 25 años de experiencias que no se pueden comprar. “Todo no se compra, todo no se vende, conozco una lista interminable de cosas que son más importantes que la seguridad…” (-tanguito)
Como se mide el amor?
El amor quizas no se mida, quizás es necesario vivirlo, sentirlo entre las venas, y despertar un día, cuando cumplas rua sagavulu ka lima años y te sientas la persona más afortunada del mundo, por haber vivido y compartido y amado de la manera en la que yo lo hice, y continuo haciendo, día tras día.
Mi familia, como los extraño, y quisiera tenerlos cerca el día de hoy, pero me acuerdo de sus sonrisas y el calor de sus abrazos, y cargo sus corazones bien envueltos -como humintas- en mi corazón.